Sin embargo, por primera vez, un colosal Airbus A340 -una nave gigante con un peso máximo de despegue de 275 toneladas- se posó en tierra en una pista de hielo glacial azul antártico. Detrás de ese vuelo estaba la compañía Hy Fly, especializada en alquilar aviones y tripulación para expediciones de lujo, por ejemplo, revela ABC de Madrid.
Este vuelo histórico, pilotado por el capitán Carlos Mirpuri, vicepresidente de Hi Fly, salió desde Ciudad del Cabo con destino al continente helado, en un viaje de 2.500 millas náuticas (ida y vuelta) que necesitó cinco horas y media por trayecto.
A bordo del primer vuelo de la temporada iban 23 pasajeros con la mayor parte del equipo de apoyo en tierra que va a necesitar esta empresa para su campamento/safari para afrontar la temporada de verano 2021/2022.
Los secretos de una odisea
Llevar combustible para cubrir ambos sentidos significa aterrizar con un peso máximo de aterrizaje de 190 toneladas, explicaron los expertos.
Para asegurar la calidad de la pista fue imprescindible revisar los informes de fricción, tarea que se realizó con un automóvil debidamente equipado que recorrió la longitud de la pista tomando medidas cada 500 metros. En esa misma pista había aterrizado dos días antes un jet de negocios que transportaba científicos.
“Una pista de hielo glacial azul es dura”, explicó el ingeniero Carlos Mirpuri.
“La pista tiene tres kilómetros de largo y puede soportar un avión pesado encima. Su profundidad es de 1,4 km de hielo libre de aire, duro”,
En la Antártida hay entre 40 y 50 pistas de aterrizaje, aunque no existen aeropuertos y vuelos regulares como en el resto del planeta. Según afirma la compañía Simple Flying, desde noviembre de 2019 hasta febrero de 2020, un Boeing 767 de Titan Airways operó una serie de seis vuelos entre Ciudad del Cabo y Novolazarevskaya, una estación de investigación antártica rusa.